"Estábamos bajo la nube que plasmaba nuestros sueños, echa de Marihuana, Tabaco y beleño negro, un día cualquiera"
Nunca pensé que me pudiese juntar con este tipo de gente, se llamaban Artur e Infernus... estooo quiero decir Fabio, faltaba uno, pero a ese ya se lo llevaron el enemigo, nosotros ocupábamos el frente, con un montón de caladas de 9 mm, capaz de hacer lanzar un millón de nuestras neuronas a mas de tres millones de kilómetros por segundo, aquello me hacía sentir entre una mezcla de terror y admiración con una ración de disparates y a menudos estúpidas conversaciones.
Dentro del frasco había lo que podría llamarse un cóctel de pensamientos a 5 pavos la dosis, había una vez un tipo que se llamaba Artur que siempre llevaba en mente una nueva manera de drogarse sin pisar la línea que separa la legalidad de la ilegalidad, y no diré en que parte se hallaba el, el otro se hacía llamar Infernus, pero yo creo que se llamaba fabio, el D.N.I indica que a si lo es y que ademas es portugués, lo bueno de este tío es que siempre tiene algo que contar y algo que responder, sin importar mas, era relajante, no sé si por los muchos años que debe llevar en el mundo de la " hierba sonrisas" o es que la marihuana es el alimento del alma. Aunque como ya dije, nos faltaba uno, seguramente estaría tirado en una especie de sofá mirando el cielo, derramando locuras e historias varias de posesión metalera y puntos de estrella que unir, si señor, el múndo a sus pies, yo me sentía a sí aquella noche, no unía las estrellas o derramaba historias metaleras, lo que me pasaba es que me sentía sobre la tierra y pensaba en mil historias con una metalera en particular, que ahora no viene al caso.
Fue una noche en la que no recordaba ninguna emoción, salvo la culpa, sé que bombardeé mi idea de la humanidad con grandes cantidades de sarcasmo e ironía, lo que provoqué decenas de cráteres con enigmas y confusión como misántropo, fue una noche cualquiera.
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